El Consejo Sindical de Asesoramiento Técnico (Cosate) y la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas presentaron (CSA) hoy su Declaración Sindical ante el Cuadragésimo período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA, solicitando que la opinión del movimiento sindical de las américas sea considerada en la políticas que ejecutará este organismo regional y alentándole a la concreción de los planes de acción o programas de trabajo aprobados.

Los países americanos mantienen un modelo excluyente

Trabajadores hacen un llamado al presidente Obama para que públicamente se oponga y cancele todos los programas de apoyo que puedan tener en un perfil racial, respecto a las nuevas leyes promulgadas por el Estado de Arizona en contra de los migrantes

La delegación que representa a los trabajadores de las américas estuvo conformada por Julio César Bazán Figueroa, vicepresidente del Cosate y presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Perú; Dalila del Carmen Alemán, secretaria de la Mujer de la Central Sandinista de Trabajadores (CST) de Nicaragua, y Antonio Jara, en representación del presidente del Cosate y de la CSA.Ellos sostuvieron un diálogo con los jefes de delegación y el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, respecto al tema de la Asamblea General “Paz, Seguridad y Cooperación en las Américas”, destacando los derechos de los trabajadores; los trabajadores migrantes y la criminalización de la migración; la prevención del conflicto y la paz en las Américas; la importancia de la educación, el trabajo y el desarrollo para crear paz, seguridad y cooperación el los países del continente; y la lucha contra la pobreza.

Bazán Figueroa dijo que el referido documento contiene un conjunto de ideas y recomendaciones sobre el tema de la Asamblea General. "Los trabajadores consideramos que el tema de la paz no puede existir sin desarrollo, menos aún si permanecen las desigualdades y la pobreza en nuestros países".El también vicepresidente del Cosate recordó que en los países americanos se mantiene un modelo que excluye a la mayoría de la población y hace que el crecimiento se concentre solamente en pocas manos, lo que genera el crecimiento de las desigualdades.

La Declaración Sindical se pronuncia sobre la paz y su relación con el desarrollo y la pobreza, la crisis y el trabajo decente, la violencia antisindical, el armamentismo, la democracia, las migraciones y las culturas milenarias. Respecto al primer punto prescribe que 'la profundización de la pobreza y las desigualdades han sido el caldo de cultivo para el surgimiento de fenómenos violentos en nuestras sociedades, lo que refleja la exclusión social que lleva a la pérdida de horizontes y proyecto colectivo, en particular a nuestros jóvenes'.

Sobre la crisis y el trabajo decente, el documento señala que existe una 'desarticulación entre aumento de salarios y aumento de la productividad que afecta seriamente la vigencia de derechos humanos fundamentales, tales como vivir en un medio ambiente sano, con educación, con salud, con protección social y seguridad alimentaria', lo que pone en riesgo la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

En cuanto a la violencia antisindical, sostiene que en países como Honduras, Colombia, Guatemala, México, Perú y otros en nuestra región se ven cada día más ensombrecidos de violencia en contra de trabajadores y miembros de movimientos sociales. En Colombia, desde el 28 de enero de este año, no menos de 4 educadores; y en Guatemala, entre 2008 y enero de 2010 han sido asesinados 42 sindicalistas entre dirigentes y defensores de los derechos sindicales.

Respecto al armamentismo, se refirió a la presencia de las fuerzas armadas intra (Bases Militares norteamericanas en Colombia, Honduras y otros países de la región) y extra continentales (Islas Malvinas), así como al golpe en Honduras.

El papel de la OEA no ha sido suficiente para alcanzar un nivel óptimo de la democracia y ejemplo de ello se percibe en el golpe de Estado en Honduras, donde aún persiste la inestabilidad, por lo cual, los trabajadores le piden que suspenda la participación de este país en este organismo regional hasta que se restablezcan las condiciones democráticas, que garanticen el ejercicio de los derechos humanos a la población.

Las migraciones es un problema que debe ser resuelto, pues ha aumentado el desempleo y la precarización de los trabajadores migrantes, quienes son víctimas de discriminación y con manejo xenofóbico de la crisis. Finalmente, la Declaración reconoce y respeta las culturas milenarias y comunidades ancestrales.

Entre las recomendaciones encontramos defender a nuestras poblaciones del crimen organizado, el terrorismo, la trata de personas y el tráfico de armas; limitar el comercio de armas y frenar el tráfico ilegal de armas en la región; implementar programas de reducción de la producción de armas e impulsar programas de desarme de la población; establecer un programa de desmilitarización extranjera intra y extra región.

Bazán Figueroa dijo que estos problemas pueden enfrentarse desestimulando posibles carreras armamentistas regionales a través de los mecanismos de gestión de la seguridad regional de carácter subregional, como el Consejo de Defensa de la Unasur. Además, recordó que tanto la OIT y el FMI han previsto que no se registrará un descenso de las tasas de desempleo en los próximos años si los gobiernos no adoptan estrategias agresivas de creación de empleo.

El vicepresidente del Cosate pidió, en nombre de los trabajadores americanos, políticas coherentes de parte de los países de origen y de destino para garantizar los derechos de los trabajadores migrantes, para evitar que las fronteras de Estados Unidos/México y México/Guatemala se conviertan en campos de cacería humana. Por ello, se pidió a los países receptores de trabajadores y trabajadoras migrantes ratificar los convenios de la OIT y de la ONU.

Se pidió a la OEA, que a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, emita alertas sobre nuevas leyes promulgadas por el Estado de Arizona en contra de los migrantes, y aperture una consulta ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre este caso. "Hemos hecho un llamado al presidente Obama para que públicamente se oponga y cancele todos los programas de apoyo que puedan tener en un perfil racial". En la Declaración se recomienda a la OEA actuar en el caso de los asesinatos a líderes sindicales y sociales en Colombia, Guatemala y Honduras. Asimismo, se pide ayudar a millones de trabajadores con empleos informales y a los grupos vulnerables de Haití que no pueden mantener a sus familias. "Debe concederse a Haití una sustancial ayuda internacional en la forma de subvenciones no reembolsables por parte de las instituciones financieras internacionales y los organismos acreedores".

Y sobre las culturas milenarias, los trabajadores instan a cumplir realmente el Convenio de la OIT Nº 169, en los países que lo ratificaron.